El 24 de marzo de 2025, una niña de 13 años vivió un angustiante episodio en el barrio Nueva Gloria, localidad de San Cristóbal Sur, Bogotá. Mientras realizaba un mandado para sus padres, notó que un hombre desconocido la seguía por varias cuadras. En busca de ayuda, ingresó apresuradamente a una tienda del sector, donde solicitó un champú a la dependienta, intentando disimular su nerviosismo.
Las cámaras de seguridad del establecimiento captaron el momento en que la menor, visiblemente inquieta, miraba constantemente hacia la entrada. Poco después, el individuo apareció en la puerta, observándola fijamente. La tendera, al percatarse de la situación y del evidente temor de la niña, confrontó al sujeto, preguntándole directamente qué deseaba. Ante esta intervención, el hombre optó por retirarse del lugar sin responder.
Una vez que el acosador se alejó, la menor rompió en llanto y relató lo sucedido a la comerciante. La mujer permitió que la niña permaneciera en el local hasta que se sintiera segura y, posteriormente, la acompañó hasta su domicilio. Durante el trayecto, la tendera expresó su preocupación a los padres de la menor, sugiriendo mayor precaución al enviar a los niños solos a la calle.

Este incidente ha generado alarma en la comunidad y ha sido ampliamente difundido en redes sociales y medios de comunicación. Las autoridades locales han instado a los padres a reforzar las medidas de seguridad y supervisión de sus hijos, especialmente al realizar actividades fuera del hogar. Asimismo, se ha hecho un llamado a la ciudadanía para estar alerta y reportar cualquier comportamiento sospechoso que pueda poner en riesgo la integridad de los menores.
La rápida acción de la tendera y la valentía de la niña al buscar ayuda fueron determinantes para evitar una situación potencialmente peligrosa. Este caso subraya la importancia de la solidaridad comunitaria y la necesidad de crear entornos seguros para los niños en todos los espacios públicos.