Este 22 de marzo de 2025, cientos de personas se reunieron en diversas zonas arqueológicas de Morelos para celebrar el equinoccio de primavera, un evento astronómico cargado de significado cultural y espiritual. Xochicalco, Chalcatzingo y Teopanzolco fueron algunos de los principales puntos donde visitantes participaron en rituales ancestrales, meditaciones y actividades culturales.
En Xochicalco, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, grupos de danzantes prehispánicos dieron la bienvenida a la nueva estación con ofrendas y rituales de purificación. Los asistentes, vestidos de blanco, levantaron los brazos hacia el sol en busca de energía y renovación espiritual. Guiados por expertos en cosmovisión indígena, muchas personas realizaron recorridos especiales para conocer más sobre la importancia astronómica de la ciudad amurallada.

Por su parte, Chalcatzingo, famoso por sus petrograbados olmecas, fue escenario de ceremonias en honor a la fertilidad y la abundancia. Entre copal, música prehispánica y conferencias sobre el legado de las civilizaciones mesoamericanas, los visitantes pudieron conectarse con la naturaleza y reflexionar sobre la relación entre los ciclos del sol y la vida en la Tierra. Teopanzolco, ubicado en Cuernavaca, también recibió a decenas de familias y turistas que disfrutaron de un ambiente místico y festivo.
Las autoridades de turismo de Morelos reportaron una gran afluencia de visitantes en estos sitios arqueológicos, destacando la importancia de estas celebraciones para la preservación del patrimonio cultural. Además, se implementaron medidas de conservación para evitar daños en las estructuras, recordando a los asistentes la relevancia de proteger estos espacios históricos.

El equinoccio de primavera, que marca el inicio de la temporada cálida, es un evento que año con año atrae a miles de personas a las antiguas ciudades mesoamericanas. Más allá de la festividad, los especialistas recuerdan que estos lugares fueron diseñados con un profundo conocimiento astronómico, lo que demuestra la avanzada sabiduría de las civilizaciones prehispánicas y su estrecha relación con los ciclos naturales.